PLATOS ROTOS 6






Contengo la cantidad exacta de belleza 

para tener que contener las lagrimas 

en diminutos armarios que rasgan mis sienes. 


Es por seguridad,

es porque nunca la tuve 

y creo que la dejé en la tienda de helados 

que hace esquina con tu casa. 


Donde me convertí en una merienda hortera de los 90.


Tres sabores,

4 frutas,

chocolate. 


Lo que sea con tal de no ser yo. 


En lugar de mis ojos

una catarata ha sido reconocida 

por sus padres y patalea porque

no quiere volver,

no quiero volver y 

¿Os he hablado de este sitio? 

No ese que veo sino este al que quiere volver la lágrima madre de las madres.


Me brotan ojos de los ojos hasta cubrirme los pies. 


Estoy viendo todo lo que pasa,

desapercibida,

como diminutos y pequeños cristales 

que explotan para darle luminosidad 

a lo que queda de mi rostro: mi cara de decepción.

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